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Es un orgullo para mí acudir hoy a esta tribuna de la Sociedad Rural del Neuquén, una institución a la que nos sentimos tan unidos, tan cercanos en función de los valores compartidos, para formar parte, junto a sus autoridades y a sus invitados especiales, de la inauguración de una de las exposiciones más emblemáticas de nuestra Patagonia. Valores entre los que se destaca la familia, como uno de los pilares de la sociedad, y lo vemos en estos niños y jóvenes que se divierten y trabajan en éste predio, y que ya despuntan el futuro del campo argentino. Y una alegría especial para mí que hoy estén todos mis hijos con mi mujer, acompañándome con su presencia en mi vocación dirigencial.
Para la Sociedad Rural Argentina es muy importante compartir este momento culminante, junto a los productores de estas latitudes de la Patria, que con su esfuerzo y perseverancia elaboran una producción de máxima calidad para abastecer los más exigentes mercados de nuestro país y del mundo.
Es como siempre gratificante visitar año tras año esta espléndida región, caracterizada por sus inigualables paisajes y sus amplias oportunidades de desarrollo que inevitablemente dependen de políticas adecuadas y de una gestión pública eficiente, tanto a nivel nacional como provincial, para poder desplegarse francamente.
Y para que esas posibilidades de desarrollo se cristalicen en forma efectiva y se traduzcan en un mayor volumen de las actividades productivas típicas de esta región: la frutihorticultura, la ganadería vacuna, la ganadería ovina, la vitivinicultura, la cría de caballos, entre tantas otras… el Estado, todo el Estado, debe acompañar. Como siempre decimos: no necesitamos que nos protejan o nos subsidien; basta con que nos dejen hacer lo que mejor sabemos hacer: que es trabajar y producir.
El 2018 será recordado por muchas cosas, de las buenas y de las malas. Un reingreso de Argentina al mundo del que por vocación propia del anterior gobierno nos apartamos, es una buena cosa, y especialmente para todo el agronegocio. El éxito y apoyo recibido por los principales protagonistas del mundo que culminó en la reunión del G20, es una muestra de además, podemos hacer las cosas bien, en concordia, con paz y lejos del aislacionismo o a las malas compañías que nos marcaban un rumbo desviado como el que vemos hoy reflejado en nuestro querido país hermano de Venezuela, donde los desvaríos del populismo y la prepotencia hacen vivir a sus ciudadanos momentos culmines de incertidumbre y violencia. Vaya para esa gente, nuestro apoyo y solidaridad.
También el 2018 será amargamente recordado porque perdimos el Ministerio que representa al sector motor del país y por la vuelta de los derechos de exportación. Nos trajo decepción retroceder con mecanismos que sinceramente creíamos largamente superados y que hoy, están causando muchos perjuicios en nuestras economías regionales y en otras actividades. Resulta ya más que evidente que a la fruticultura y la viticultura con retenciones del 12% o cuatro pesos por dólar y reintegros reducidos la mitad, le va a ser difícil despegar de la gran crisis que viene arrastrando desde hace más de 6 años.
Si bien las exportaciones de peras y manzanas mejoraron durante 2018 un 15% en valor, alcanzando los 380 millones de dólares, todavía estamos lejos de los 580 millones de dólares que supimos exportar hace 6 años. Y el estancamiento de años no significa solo oportunidades de exportación perdidas: es destrucción de empleo, pobreza, marginalidad, emigración, desarraigo, abandono escolar, destrucción de la cultura del trabajo y de la confianza en las propias posibilidades y capacidades, crisis personales, familiares, sociales, generaciones perdidas.
Estas son señores, las consecuencias no visibles de un modelo de desarrollo que desde el campo queremos revertir.
Por eso necesitamos tener las capacidades plenas para desplegar nuestro potencial! Hace falta mucha inversión para revertir la crítica situación de deterioro de una economía devastada!
Y eso será imposible con las actuales tasas de interés por las nubes, sumado a la asfixiante carga fiscal, que para el caso de la fruta de exportación se multiplicó por tres.
Entendemos el proceso de crisis de una Argentina con muchísimos, demasiados años de desaciertos y errores que hicieron eclosión el año pasado, por eso entendimos el disgusto de un presidente al que no le gustan éstas medidas pero las aplicó como solución a una emergencia, y por eso solicitamos en aquel momento y volvemos a hacerlo ahora que sean medidas transitorias!
Y en el marco de la oportunidad de que representa el inicio de la cosecha en éstas semanas, que el gobierno nacional analice la posibilidad disminuir la carga tributaria ya sea por la eliminación de los derechos de exportación o por otros mecanismos que puedan garantizar el marco adecuado para que la fruticultura y la viticultura de la región comiencen a revertir su crítica situación.
Si el año pasado me tocó acudir a esta entrañable Exposición en un contexto de serias dificultades para muchos productores argentinos a causa de la profunda sequía que se agravaba hoy me toca acudir en un contexto de inundación en amplias zonas de nuestro país. Va nuestra más profunda solidaridad con nuestros colegas productores de las provincias del Norte afectados. Aunque estemos hoy lejos en kilómetros, estamos cerca de ustedes y los acompañamos en su lucha contra el agua y sus feroces consecuencias.
¡Que las autoridades locales y nacionales estén a la altura de las circunstancias, no solo hoy cuando el agua aún cubre los campos y poblaciones, sino también cuando discurra y deje al descubierto sus terribles secuelas!
Y sobre todo que se encaren de una vez por todas las obras de infraestructura postergadas durante años. El acuciante déficit de infraestructura debería ser una Política de Estado que trascienda gobiernos, jurisdicciones y filiaciones partidarias o políticas. Argentina no tolera más las perdidas, incluso de vidas humanas por falta de obras e infraestructura. Necesitamos más inversión, más presupuesto y más atención a este tema. No solo para evitar catástrofes como la que estamos viviendo sino también para combatir el desarraigo rural que muchas veces es sinónimo de pobreza y marginalidad. Necesitamos más y mejores caminos, mejor infraestructura eléctrica, y para ésta región especialmente marcada por enormes distancias mucho mejor conectividad.
El productor argentino, del Norte, del Sur, del Este y el Oeste, debe enfrentar estos fenómenos extremos, además, en una situación de creciente presión tributaria, que emana tanto de las provincias como de la Nación, con impuestos que afectan sensiblemente la competitividad. Vemos un aumento -desproporcionado en muchos casos- de impuestos provinciales que generan un impacto sumamente desfavorable sobre la actividad productiva. Debemos recordarle al Gobierno Nacional pero también a los gobiernos provinciales que la recaudación no debe ser sinónimo de ahogo para el productor. Y también recordarles que la solución al déficit al cual nos trajeron tantas medidas desacertadas de la historia económica de los últimos más de 50 años, debe necesariamente contener un ajuste del gasto público en todos los niveles del Estado. No habrá soluciones a nuestros problemas de competitividad, si el tamaño de estado no se lleva a un nivel soportable por la actividad privada que lo sostiene.
Mientras tanto y a pesar de todo, los productores seguimos enfocados en dar lo mejor de nosotros.
Si bien 2018 el stock bovino provincial, con 192 mil cabezas cayó 9% en el último año, se observa también un importante crecimiento de los indicadores de productividad: el destete pasó del 40% al 45% entre 2014 y 2018. Y hay tecnología disponible para seguir mejorando….
La diversificación hacia la producción de granos forrajeros en la región es una importante oportunidad para consolidar el desarrollo de la ganadería en la zona. En los últimos cinco años la producción forrajera aumentó cinco veces en la región. Esta complementación es importante para poder generar mayor riqueza y su demanda todavía tiene mucho para crecer.
Pero para ello es importante que la ganadería bovina neuquina y patagónica continúe desarrollándose en un entorno sanitario seguro. En este sentido, compartimos la posición de las autoridades de SENASA, y estamos convencidos de que la barrera sanitaria, una barrera efectiva y para la que siempre estamos las entidades de la producción ofrecidas a colaborar, debe mantenerse a lo largo del Río Colorado. Los mercados de EEUU, Japón y China que exitosamente se lograron abrir, permiten ingresar nuestros productos en forma diferenciada y, por lo tanto, debemos defender esta ventaja competitiva que nos costó años y mucho esfuerzo conseguir. Nos interesa especialmente poder comerciar desde esta región también, la valiosa genética animal y los animales en pie con el vecino transandino país de Chile.
Otra de las producciones ganaderas características de la zona, la ganadería ovina, muestra signos de vitalidad. Así, el stock ovino provincial alcanzó las 200 mil cabezas y se mantiene en tendencia positiva.
La actividad equina en la provincia también goza de buena salud y continúa en franco crecimiento, como pone en evidencia la calidad de los ejemplares que se exhiben en la Novena Exposición de Caballos de la Patagonia, que se realiza en paralelo a esta muestra que nos encontramos inaugurando hoy.
Si de medidas de Gobierno hablamos, no podemos dejar de hacer mención una vez, desde esta tribuna, a la necesidad de respetar y defender la propiedad privada en todas sus formas. Así, debemos procurar un reordenamiento territorial haciendo los relevamientos de la ley 26.160 que, sin desconocer los derechos que debidamente probados y documentados de las comunidades, contemple al mismo tiempo el derecho de los propietarios a sus tierras o heredadas bajo el amparo de la Constitución, el Código Civil y las leyes argentinas y provinciales. Todos somos iguales ante la ley. No debemos olvidarlo nunca.
Desde este rincón de la Patagonia, desde ésta provincia tan rica que tiene en su territorio posibilidades de encender otros dos motores del desarrollo de Argentina además de la agroindustria como son los hidrocarburos y el turismo, que convocamos a todos los productores y todos los hombres y mujeres del país a continuar trabajando con “UNIÓN, ACCIÓN Y SACRIFICIO”, para volver a hacer grande nuestra Patria para orgullo de todos nosotros y de las generaciones que nos sucederán.
Muchas Gracias.