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“Somos los últimos héroes vivientes”, aseguró el ex combatiente Marcelo Adrián Sánchez, integrante del Regimiento 6 de Buenos Aires, y relató: “el martes 13 de abril de 1982 desembarcamos en Malvinas, y el viernes 18 de junio nos embarcaron y llegamos al continente el 20 de junio”.
“Fue una experiencia muy dura, tenía 19 años, me faltaban 20 días para irme de baja. Yo ya era soldado viejo cuando fue lo de Malvinas”, explicó Sánchez y aseguró: “En una guerra se ven todas las miserias que puede vivir un hombre. Y nosotros no éramos hombres porque teníamos 19 años. Yo no digo que éramos chicos, pero bueno, a los 19 años tuvimos que madurar de golpe, porque nos encontramos con una situación que no nos esperábamos”.
En su experiencia personal lo más grave fue el hambre. Viajó a Malvinas pesando 83 kilos y volvió con 58. “Llegué a estar 4 o 5 días sin comer”, recordó.
Si bien no llegó a entrar en combate físico, el ex combatiente describió que “después del 1 de mayo, como las posiciones nuestras estaban entre lo que era el viejo aeropuerto y Puerto Argentino, las fragatas se ponían en la boca del estrecho a disparar. Y las balas pasaban, las bombas pasaban por arriba de nuestra cabeza. Y era toda la noche. Terminó siendo una guerra de desgaste, porque no podíamos descansar. Se plantaban a las 10 de la noche, boom, boom, boom, a tirar munición y a las 4 de la mañana se iban, y a la tarde noche volvían a tirar”.
La gran pregunta es cómo se supera tanto sufrimiento: “A mí me ayudó muchísimo mi familia, y tuve la suerte de conseguir trabajo a los tres meses de haber vuelto de la guerra. Un trabajo donde estaba rodeado de gente joven, gente que tenía dos, tres años más que yo. Entonces ellos se encargaron de contenerme, de que yo tratara de olvidarme todo esto que me había pasado”.
En el stand de la Asociación Malvinas, Educación y Valores, se pueden conocer muchas más historias como la de Marcelo. “En Palermo queremos contar nuestra experiencia de lo que sufrimos en la guerra a los chicos, a los jóvenes, hablar sobre educación y valores, y marcarles que esto se tiene que solucionar por la vía diplomática”, dijo.
Esteban Tríes y José Cruz, son los principales encargados de ofrecer las charlas a los niños y adolescentes que se acercan al stand: “Este año empecé con esta movida y realmente reconforta. Reconforta saber que tenemos juventud y que esto se puede llegar a transmitir. Este es nuestro legado. Con que algunos cientos de los millones de chicos que hay sigan transmitiendo lo que vivimos estamos satisfechos. Somos los últimos héroes vivientes”.